HISTORIA DE LA TEOCRACIA ECUMÉNICA

La Teocracia Ecuménica es, en si misma, una Comunión Soberana. Nacida de la voluntad de Dios, y por obra de El, en fidelidad a El se fundamenta. Nacida en los origenes, protegida por la solicitud Divina, fortalecida por amor del Pueblo de Dios, procurando captar toda la realidad y sabiduría de El, corregiendo sus propios errores, procurando adaptarse al ministerio que le competía, la Teocracia es hoy una magnífica tarea de trabajo.

Thursday, October 20, 2005

NOBLEZA TEOCRÁTICA


“Ser noble” no significa “Ser mejor”. En términos de espiritualidad y de realidad social, significa tener conciencia de un legado recibido graciosamente en el evolucionar de las Generaciones. Significa procurar ser digno de ese legado y, fundamentalmente, significa tener conciencia de una obra a realizar y de una misión a cumplir. Nobleza no significa ostentación o vanidad. Significa noción y vivencia de un ministerio social – en donde mérito, virtud y ejemplo son como fuerzas que ilumnan caminos y construyen vidas-. Asi como familiares que se pierden en el camino, no anulan la esencia y la misión de Nobleza. Como grupo, la nobleza tiene dos amplias puertas; aquella de entrada, que se atraviesa con el trabajo, por el mérito, por la virtud, por la conciencia de valores espirituales y sociales; y la de salida, que se abre por el desmérito, por la no consecución de acciones o de actitudes, por la perdida de valores con los cuales deben de distinguirse los Hijos de Dios.

La Nobleza es un “estado”, que se sublima en la alma de cada uno. Es un complejo de valores y de virtudes, de acción y de trabajo. Decir en verdad, que la Nobleza tiene varias caras, y que cada uno la vive y ejercita conforme a su propia vocación. Es, en síntesis, una manifestación de la conciencia de ser Hijo de Dios y su Servidor. Porque nadie puede decirse “Hijo de Dios” sin vincluarse intimamente a una de las múltiples manifestaciones del Ministerio Redentor.