4.- Degradación de la imagen de Dios.-
En la medida en que los valores éticos y espirituales se vuelven menos significativos e intensos, o mismo ausentes en un ser humano, la imagen de Dios concebida por ese ser también se degrada, tambien sufre perdidas en su concepción.
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Decaída la cualidad de la imagen divina, en consecuencia directa de la menor espiritualidad de quién la concebió, esa imagen de Dios (que para el menos avisado es el propio Dios, el dios que el ve y siente) se apróxima a la finitud humana. Se toma partícipe de sus pasiones. Y, especialmente, se reviste de su egocentrismo, de su egoísmo, y revela un celo en relación a cualquier otro ser que pueda colaborar para disminuír la devoción a la que se juzga con derecho.
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Consecuentemente, no todo lo que dicen algunos "libros inspirados" de Dios y su acción, corresponden a una verdad integral. Importa, comprender las limitaciones del hombre inspirado, de aquello, que sobre la acción del Espíritu, ha producido el Libro.
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