HISTORIA DE LA TEOCRACIA ECUMÉNICA

La Teocracia Ecuménica es, en si misma, una Comunión Soberana. Nacida de la voluntad de Dios, y por obra de El, en fidelidad a El se fundamenta. Nacida en los origenes, protegida por la solicitud Divina, fortalecida por amor del Pueblo de Dios, procurando captar toda la realidad y sabiduría de El, corregiendo sus propios errores, procurando adaptarse al ministerio que le competía, la Teocracia es hoy una magnífica tarea de trabajo.

Tuesday, September 27, 2005

HISTORIA DE LOS CHARRÚAS Y MINOANOS

Se presume que la población de Uruguay incursionó en el territorio en forma sucesiva, al principio por el norte, asignándoles una antigüedad aproximada de 9.000 años AC.

A los pobladores de estas zonas cercanas se les llamó Fuéguidos, Láguidos y Pámpidos, siendo estos últimos ( los Pámpidos), los ancestros de nuestros Charrúas. Debemos aclarar que antes de los Charrúas entraron al país otras poblaciones de las cuales quedan restos de cerámicas y aparentemente habrían sido recolectores, pescadores, e incipientes agricultores.

Hubo mucho movimiento de pequeñas poblaciones de indios siendo interesante citar los que construyeron los conocidos "cerritos" que están en el este del Uruguay; estos indios serían sedentarios y en parte nómade, pero no eran de etnia Charrúa. Como dijimos la macroetnia Charrúa era racialmente Pámpida (cazadores superiores), de características físicas bien desarrolladas, altos, estéticos, y de carácter muy firme, se llamaban a sí mismos "Chonik", que en idioma Tehuelche significa "nosotros los hombres", y eran descendientes de pobladores de la primera oleada que llegó al continente de origen australoide, según Paul Rivet.

La altura de los Pámpidos oscilaba entre 1.70 mt y 1.83 mt, (Chaco y Patagonia), cráneo voluminoso, pómulos y mentón poderosos y salientes, y el índice nasal leptorrino (nariz larga y delgada). Corte atlético y equilibrio de las masas musculares, poco dimorfismo sexual, color del cutis oscuro y bronceado, ojos oscuros, pelo lacio y duro. Los Pámpidos fueron ocupando las llanuras argentinas por los indios Pampas, Neuquen por los Puelches, el Chaco por los Guaycurúes, los Onas Tierra del Fuego y la Mesopotamia de Corrientes y Entre Ríos y la Banda Oriental, por los Charrúas.

Los Guaraníes –que no pertenecían al tronco racial pámpido-,se diferenciaban de los Charrúas por ser más bajos, de cabeza mas redondeada, cuello grueso, brazos musculosos aunque piernas cortas y débiles, pómulos poco salientes, y otro detalle que los diferenciaba de los Charrúas era que el color de su piel era más amarillento, y se les denominó brasílidos o amazónidos, por su origen racial.

En los primeros relatos de los expedicionarios del siglo XVI, se menciona a los Charrúas ubicados en el sur del territorio uruguayo. Posteriormente el nombre de CHARRÚA sirvió para nombrar a la macroetnia integrada, además de los Charrúas, por los Minuanes y /o Guenoas , los Bohanes, los Yaros, Chanáes, y otras parcialidades, que probablemente descendían del tronco común Pámpido (A los Yaros algunos autores no los incluyen en la macroetnia Charrúa, y los relacionan mas bien como del tronco racial Láguidos, ya que eran más bajos, sus caras eran redondas, y el color de su piel diferente).

En 1763, el P. Dom Antoine- Joseph Pernetty hace una descripción de los Minuanes donde se refería a los mismos como bien conformados, con cuerpo erguido. De pecho ancho y músculos bien definidos; las mujeres eran bastante más pequeñas. En las caras destacaba el tamaño de los ojos, frente alta, labios de mediano grosor y cabellos negros largos y el color de su piel era : ..."cobre rojobronceado...". Félix de Azara durante su permanencia en América (1781- 1801), indica que los Charrúas son una pulgada más altos que los Españoles, ..." pero los individuos más igualados y bien proporcionados, sin que entre ellos haya contrahecho o defectuoso, ni que peque de gordo ni en flaco.

Son altivos, soberbios y feroces; llevan la cabeza derecha, la frente erguida, y la fisonomía despejada. Su color se acerca tanto o más al negro que al blanco, participando poco de lo rojo. Las facciones de la cara, varoniles y regulares; pero la nariz poco chata y estrecha entre los ojos. Éstos algo pequeños muy relucientes, negros, nunca de otro color, ni bien abiertos. La vista y el oído doblemente perspicaces que los de los españoles. Los dientes nunca les duelen ni se les caen naturalmente, ni aún en edad muy avanzada, y siempre son blancos y bien puestos.

Las cejas negras y poco vestidas. No tienen barbas ni pelo en otra parte, sino poco en el pubis y en el sobaco. Su cabello es muy tupido, largo, lacio, grueso, negro, jamás de otro color, ni crespo, ni se les cae; sólo encanece a medias en edad muy avanzada. La mano y pie algo pequeños y más bien formados que los nuestros; el pecho de las mujeres no tan abultado como el de otras naciones de indios". En 1839, el naturalista D’ Orbigny , en su publicación "El Hombre Americano" manifiesta respecto a los Charrúas: " ... Las formas de los Charrúas son, como las de los Puelches, macizas en extremo; siempre muy carnosos , no están empero sujetos a la obesidad, tan común en los Guaraníes. Sus hombros son anchos, su cuerpo proporcionado, sus miembros bien fornidos, sus manos y pies pequeños; las mujeres de las mismas proporciones, tienen el cuello bien hecho, el cuerpo ancho, sin que nunca la cintura sea mucho más estrecha que el resto del cuerpo.

Los Charrúas tienen la cabeza grande y el rostro ancho; los pómulos algo salientes; la nariz bastante estrecha en la base: Hundida en esa parte, gruesa en la extremidad, de fosas anchas y abiertas; las cejas salientes; fuertemente arqueadas, con poco pelo; los ojos pequeños, negros, hundidos, tal vez algo cerrados, pero horizontales; los labios gruesos; la boca grande; los dientes hermosos y que jamás se caen; la barba rala...",..." sus cabellos son largos , negros, gruesos y lacios. El conjunto de sus facciones da al rostro un aspecto serio y a menudo feroz; se descubre raramente en sus jóvenes ese aire gozoso y abierto de algunas otras naciones...". Dámaso Antonio Larrañaga refiere en 1813: ..."los ojos algún tanto oblicuos y no tan chicos como se ponderan; la cara más bien larga que ancha, la parte inferior del rostro estrecha y anchas las espaldas, la frente no muy chica, los dientes muy bien conservados y muy iguales; la boca y labios regulares, nariz un poco aguileña, pies y manos pequeños. En una palabra nada tienen de monstruosos ni deformes los hombres primitivos del país que ocupamos y que eran los verdaderos dueños de la campaña...".

El sargento mayor Benito Silva, que vivió con los Charrúas, en 1841 aseguraba que: ..." son bastantes blancos, principalmente las mujeres, el sol, el polvo, la grasa de los cueros en que se acuestan y con que se cubren contribuyen a ennegrecer su cuerpo. Y su pelo es castaño oscuro y liso." La etnografía de los Chaná- Beguaes es escasa según Azara:..." no ceden a los Charrúas en la estatura y las proporciones. Los varones 1.70 mt y 1.65 mt las mujeres, y sus cráneos altos (hipsicéfalos) presumiblemente el resultado del repetido mestizaje de Pámpidos y Láguidos." Por el lado del este uruguayo, donde se encuentran casi 5.000 cerritos de indios, ( Rocha, Treinta y Tres, Cerro Largo, este de Tacuarembó y sur de Rivera) estuvieron probablemente los llamados "tapuias", pobladores prehistóricos que mestizados con los Guaraníes en esa zona, dieron origen a los Arachanes, cuyo cabello era revuelto y encrespado y que regularmente tenían guerrillas con los Charrúas (según narración de Díaz de Guzmán en 1612).

A través de los relatos en distintas épocas hemos visto pequeñas evoluciones en la tipología física del Charrúa, lo que indicaría un mestizaje acrecentado en los últimos tres siglos de su existencia, principalmente con integrantes de las otras parcialidades indígenas que se consideraban pertenecientes a la macroetnia Charrúa. También existió mestizaje con Guaraníes y con los inmigrantes blancos.

La unión sexual entre los Charrúas eran tanto en forma de matrimonios monogámicos o uniones esporádicas y poligámicas ( se trata de una poligamia especial, es decir, una mujer nunca tenía más de un marido, y cuando veían que su esposo tenía otra mujer lo abandonaban, apenas encontraban otro del que podían ser esposas únicas). Había mucha libertad para divorciarse, en ambos sexos, pero teniendo hijos, generalmente los matrimonios eran duraderos. En caso de adulterio, éste no tenía otra consecuencia máxima que algunos puñetazos que la parte ofendida aplicaba a los infractores, y esto solo si los apreciaba infragantemente. Esas uniones se realizaban entre integrantes del mismo grupo, pero muchas veces de tribus diferentes. Según Azara, nunca pertenecían en el celibato, y se casaban cuando sentían esa necesidad. El varón pedía la hija a los padres, y si éstos lo aceptaban, la llevaba. La mujer nunca se negaba y se casaba con el primero que llegaba, aunque fuera viejo y feo. Desde que se casan forman una familia aparte y el hombre trabaja para alimentar la nueva familia. El varón al formar una familia ganaba el status de adulto
y posteriormente llegaba a ser un guerrero.

En la parcialidad de los Minuanes, había algunas diferencias, ya que los Caciques tenían el privilegio de poseer varias mujeres. Los hombres se casan cuando ya son bien maduros, y las mujeres por el contrario cuando son muy jóvenes. Las tareas de las mujeres eran múltiples, armaban las tolderías, desollaban las reces, cocinaban, pulían las bolas de piedras, confeccionaban los quillapís, y recolectaban algunos alimentos; tenían un papel importante en las mudanzas frecuentes de sus tolderías de un sitio a otro, llevando sus niños atados a la espalda o a pie, mientras que sus esposos se trasladaban a caballo con sus armas , prontos para cazar la presa que divisaran en el campo.

Las madres criaban y enseñaban a sus hijos sin castigarlos; a las niñas los menesteres propios de su sexo para cuando fueran mayores y a los hijos los educaba mas bien el padre a quienes acompañaban en las cacerías y practicaban continuamente el manejo de lanzas, flechas y boleadoras. Entre los minuanes en cambio, era más frecuente que los hijos después del amamantamiento fueran entregados a algunos de los parientes ya casados, quienes se encargaban de su educación. Las crónicas nos dicen que hubo casos en que algunas madres que querían a sus pequeños, en situaciones de guerra, y en la necesidad de no ser descubiertos y preservar la vida de los integrantes de la tribu, ante la posibilidad de que lloraran y los descubrieran se vieron forzadas a sacrificar alguno de los niños de pecho.

En tiempos de paz los Caciques, tanto Charrúas como Minuanos, se trataban de igual a igual con los gobernantes y con el Cabildo de Montevideo, de este modo, entre otras cosas obtuvieron reconocimiento de sus parcialidades como Nación, lo que les permitió concertar varios acuerdos en representación de todos los indios ( Nación). Han quedado pocos nombres de Caciques, sólo los más antiguos, tales como Zapicán, Abayubá, Tabobá, Magalona, etc, pero posteriormente tomaron la costumbre de adoptar nombres de personajes, tales como el Cacique Brown, Lecor, Rondeau, Sepé, Barbacena, etc. de quienes habían oído hablar, pero el más poderoso y que fue el nexo de unión entre la barbarie y la civilización naciente, en tierras del Rio Grande del Sur, cuando los primeros portugueses llegaban al litoral, y colonizaban la Colonia del Sacramento, recién fundada en Prata (1.680), en uno de los afluentes del Cebollaty, fue un Cacique de origen español de nombre y apellido, D. Miguel de Ayala, mas conocido como Viejo Zapata. Era hijo del original Viejo Zapata, y de una Princesa Minoana; Don Miguel de Ayala o Don Miguel de Caray, fue el último rey de los Charrúas y Minoanos. Gracias a él los Minoanos debido al culto que le profesaban, dispensaban a los blancos y negros, fueran españoles, fueran portugueses, compañeros de guerrilla un hospitalario recibimiento. D. Miguel tenía especial fe en el Arcángel San Miguel.

Orden de Damas de Zenobia Augusta

Orden de Mérito destinada a las Damas, instituída el 12 de Enero de 1.901 A.D, por Procedimiento del Consistorio Sagrado. Moderador S.M.I.R.A. Kyros Ioannés Daniel Iº Khristophoros, Megas Basileus, Basileus Basilión "de iure" (1.867 - 1.823)Esta Orden de Mérito pertenece a la Teocracia de Oriente o de Tadmur, y ostenta el cargo de Gran Maestra, la Princesa Consorte, solamente pueden pertener a ella Damas, en la categoría de Justicia y Gracia Magistral.Representa el espíritu de Zenobia Augusta, mítica matriarca de la Dinastía de Oriente, quién daría paso a la Dinastía con su esposo el Dux Romanorum Odenato.

De las luchas internas romanas que sucedieron a la captura de Valeriano por el persa Sapor resulta vencedor en 261 Odenato de Palmira, cónsul en 258.

Reconocido como Dux Romanorum o corregente por el emperador Galieno y con un poder prácticamente independiente de Roma, Odenato mantendrá firme la frontera oriental del Imperio Romano frente a los sasánidas hasta su muerte en 267.

A partir de ese momento su viuda Septimia Zenobia rompe con Roma y proclama emperador a su hijo Vallabath con vistas a crear un imperio con centro en Palmira. Zenobia actuó como soberana de un reino que llegó a dominar Asia Menor, Siria, Mesopotamia y Egipto, acuñó moneda con su propia efigie y se mantuvo en el poder hasta ser derrotada en 273 por el emperador Aureliano, que reincorporó el Oriente romano al dominio imperial. El texto reproduce por entero la biografía de Zenobia que, redactada por Trebelio Polión, figura englobada en el capítulo «Los treinta usurpadores» contenido en la Historia Augusta, una recopilación de biografías de emperadores, césares y usurpadores desde Adriano a Diocleciano.

Se trata de una obra muy problemática como fuente histórica, en la que se perciben diferentes autores y diferentes fases de redacción, y que ha sido datada entre finales del siglo IV y comienzos del V, si bien otros autores la sitúan en época constantiniana. (Pilar Rivero-Julián Pelegrín).

Ya no quedaba ningún pudor; en las penosas circunstancias por las que pasaba el Estado, se llegó a tal punto que, mientras Galieno se comportaba de un modo incalificable, las mujeres, incluso, gobernaron de manera brillante, y aún las extranjeras. En efecto, una extranjera, de nombre Zenobia, de la que ya se han dicho muchas cosas, quien se jactaba de proceder del linaje de las Cleopatras y los Ptolomeos, después de la muerte de su marido Odenato, cubrió sus hombros con el manto imperial, adornándose con las vestiduras de Dido y admitiendo incluso la diadema.

Ocupo el imperio en nombre de sus hijos,Vallabat, Hereniano y Timolao, más tiempo del que una persona del sexo femenino podía soportar. Pues esta orgullosa mujer desempeñó las funciones de un rey, durante el mandato de Galieno y mientras Claudio se encontraba ocupado en la guerra con los godos, y sólo cuando con gran dificultad fue vencida por Aureliano y llevada en su triunfo, se sometió a la ley de Roma.

Se conserva una carta de Aureliano que testimonia el cautiverio de esta mujer. En efecto, como algunos le recriminaron que él, el más valeroso de los hombres, llevase en su triunfo a una mujer, como si se tratase de un general cualquiera, él, enviando una carta al senado y al pueblo romano, se defendió en tales términos:

«Oigo, padres conscriptos, que se me acusa de no actuar virilmente por llevar a Zenobia en el paseo triunfal. Aquéllos que por esto me reprenden no podrían alabarme bastante si supieran qué mujer es ésta, si conocieran su sabiduría en las decisiones, su firmeza en las disposiciones y su severidad frente a los soldados; cuán generosa es cuando la necesidad lo requiere, y cuán rígida cuando la disciplina lo exige. Puedo decir que fue por su intervención por lo que Odenato venció a los persas y, tras poner en fuga a Sapor, llegó a Ctesifonte. Puedo asegurar que infundió tan gran temor entre los pueblos de Oriente y de Egipto que ni los árabes, ni los sarracenos, ni los armenios se revelaron contra su autoridad. Y no hubiera respetado su vida si no se supiera que ella fue muy útil al Estado romano, al retener para sí o para sus hijos el poder imperial en Oriente. Así, pues, que éstos, a los que nada complace, guarden para sí el veneno de sus propias lenguas. Pues si no es conveniente vencer y llevar en el triunfo a una mujer, ¿qué opinan de Galieno, para cuyo menosprecio ésta gobernó sabiamente el imperio?, ¿qué del divino Claudio, venerable y respetado general, que, según se dice, toleró que ella ejerciese el poder porque se encontraba ocupado en su expedición contra los godos? Y Claudio hizo esto calculada y sabiamente, para que, mientras ella guardaba la frontera oriental del imperio, él pudiera llevar a cabo con mayor seguridad lo que había determinado realizar».

Este discurso muestra el juicio de Aureliano sobre Zenobia. De ella se dice que era tal su castidad que si no hubiera tenido el propósito de concebir, ni siquiera hubiera conocido a su marido. Pues, si en alguna ocasión se acostaba con él, mantenía su continencia hasta que llegaba la menstruación, por ver si estaba embarazada, y sólo en caso contrario le daba de nuevo la oportunidad de tener hijos. Vivió con pompa real. Prefería ser venerada según los modos persas y dio banquetes a la manera en que lo hacen los reyes de esta nación. Según la costumbre de los emperadores romanos, marchaba a las asambleas públicas cubierta con un casco y ceñida con una faja de color púrpura, de cuya orla colgaban piedras preciosas, y que tenía en medio un brillante de forma de caracol, prendido como si fuera un broche de mujer y, frecuentemente, con uno de sus brazos desnudo.

Era de rostro oscuro, de color moreno, con unos ojos negros que irradiaban un vigor extraordinario, de espíritu divino, de una belleza increíble. Sus dientes eran tan blancos que muchos pensaban que tenía perlas en lugar de dientes. La voz, clara y semejante a la de un hombre. La dureza de los tiranos, cuando la necesidad lo exigía; la clemencia de los buenos príncipes, cuando la indulgencia lo reclamaba. Prudentemente generosa se encargaba de la custodia del erario mejor de lo que es habitual en el género femenino. Se servía de un carruaje, rara vez de un coche de mujer, y con frecuencia montaba a caballo. Se dice que a menudo caminaba con los soldados tres o cuatro millas. Cazaba con la pasión de los hispanos. Bebía frecuentemente con los generales, aunque normalmente era muy sobria; también bebía con persas y armenios con el fin de mostrarse superior a ellos. Utilizó vasos de oro con piedras preciosas en los banquetes, sirviéndose de aquéllos que habían pertenecido a Cleopatra. En el servicio tenía eunucos de edad avanzada, rara vez doncellas.

Ordenó a sus hijos que hablaran en latín, de manera que se expresaban en griego con dificultad y en pocas ocasiones. Ella misma no era totalmente desconocedora del latín, pero lo hablaba cohibida por la vergüenza; por contra, se expresaba en egipcio de manera perfecta. Conocía de tal modo a historia de Alejandro y de Oriente, que, según se dice, ella misma escribió un epítome.

No obstante, leía en griego la historia latina.Cuando Aureliano la hizo prisionera, tras ser conducida a su presencia, la inculpó en estos términos:

«¿Por qué, Zenobia, te has atrevido a desafiar a los emperadores romanos?». Dicen que entonces ella contestó: «A ti, que has vencido, te reconozco como emperador, a Galieno, a Aureolo y a los demás príncipes no los consideré tales. Confiando en que Victoria fuera semejante a mí, deseé, si la magnitud del territorio lo hubiese permitido, compartir con ella el poder real».

Así, fue conducida en un paseo triunfal tan pomposo como ningún otro de los presenciados por el pueblo romano. Engalanada, en primer lugar, con unas gemas tan enormes que se fatigaba por el peso de sus adornos. Pues, según se dice, esta mujer tan valerosa se detenía a menudo diciendo que no podía soportar el peso de sus joyas. Además, sus pies estaban atados con cadenas de oro; sus manos, con unas esposas del mismo metal, y en su cuello no faltaba un grillete, también de oro, que sostenía delante de ella un bufón persa. Le fue perdonada la vida por Aurelio y dicen que desde entonces vivió con sus hijos, como lo hace una matrona romana, en una hacienda de Tívoli que le fue concedida; ésta, todavía hoy, lleva el nombre de Zenobia y esta situada no lejos del palacio de Adriano y de ese lugar al que se le da el nombre de Concha.

Monday, September 26, 2005

TEOCRACIA DEL GRIAL

Dom. Iosephus Emmanuel IIIº O.S+G, Theokrator de Oriente, Jerarca del Consistorio Sagrado de la Teocracia Ecuménica, ha escrito un pequeño tratado sobre la simbología del Grial y la tradición caballeresca en nuestros días.

En el se funden la mitología, la historia y la tradición. Con la publicación de esta obra, dividida en dos tomos, el Autor pretende acercar y extrapolar los valores de la Caballería al mundo de hoy, tan carente en general de valores y principios generosos, solidarios y humanitarios con los demás, un mundo en el que, al parecer, lo mas importante es el lucro y el poder personal, a costa de quien sea y como sea... Posted by Picasa

TRATADO DE HERÁLIDICA

Posted by Picasa Nos causó gratísima impresión la aparición del Volumen IIIº de su precioso tratado de Heráldica. Abordando aspectos diversos de este noble Arte, esta obra viene a coronar la trilogía del brillante maestro. Preciosas lecciones, enriquecidas con una provechosa experiencia de tantos años de trabajo y estudios profundos, embellecidos con un estilo propio y , las veces con recuerdos que van al corazón de quién lo conoce y estima hace tantos años, este trabajo señala un momento de servicio inconfundible al Pueblo de Dios, en su preciosa vida.

TRADICIONES NOBILIARIAS INTERNACIONALES

Posted by Picasa En las Tradiciones Nobiliarias Internacionales, y su integración en el Derecho Civil Brasileño, tiene en especial una preciosa documentación. Son 432 páginas en dónde se expresan conceptos precisos, documentos de poderes judiciales y dinastías competentes, a la par que elementos necesarios para quién se ejercita en el noble Arte de defender y custodiar el derecho de las gentes y, de modo especial, el patrimonio inmaterial de quién hace y es Historia. O de quién hace, ¡ hoy y siempre ¡http://tolomeos.com/nn/0_00160.htm

CONSTANTINO EL GRANDE Y SANTA ELENA

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REAL ORDEM DE DOM MIGUEL DE CARAY,

Real Orden De Don Miguel de Caray, Rey de los Minuanos y Charruas, fundada el 29.09.1893, Fecha Onomástica del Rey Don Miguel de Ayala y Caray, en la Belém (Urugay), tiene y continua teniendo los objetivos de preservar y reverenciar la memoria del último soberano de los Minuanos y Charruas, y rendir culto debido a Su Santo Patrón, el Arcangel San Miguel "Príncipe de las Milicias Celestes" (Apoc., XII 7-10) http://tolomeos.com/nn/0_00159.htm

Sunday, September 25, 2005

IN HOC SIGNO VINCES


305dc- Diocleciano al abdicar, había proclamado a Constancio y a Galerio como Augustos del Imperio, Constancio gobernaba en Occidente y Galerio en Oriente, ambos con sus respectivos Césares. Constancio enfermó al poco tiempo y murió. Su hijo Constantino estaba en Oriente al servicio de Galerio y al saber de la enfermedad de su padre, partió para la Galia. Constantino se encontró con su padre ya próximo a morir en Bolougne, y ambos fueron a la Bretaña con los ejércitos a cargo de Constancio, Constancio murió en Eboracum (York), en el año 306. Los soldados de Constancio proclamaron a Constantino Augusto a pesar de las órdenes de Diocleciano. Galerio ya envejecido, no quiso empezar una guerra y se resignó a reconocer a Constantino Augusto pero con la condición de que gobernase junto a Severo que era César en aquel entonces.

En Roma todos estaban descontentos de no tener ya emperador, la muchedumbre se sublevó y dio muerte a un prefecto de la ciudad, los pretorianos proclamaron emperador a Majencio, hijo de Maximiano el que fuera Augusto con Diocleciano, Maximiano fue llamado para volver a gobernar, y volvió de su retiro a ser emperador con su hijo.

307dc- Guerras entre los emperadores- Había seis emperadores en el Imperio: Constantino en la Galia la España y la Bretaña, Majencio y Maximiano en Italia y Grecia y Severo, Galerio y Maximiano Daza en Oriente. En dieciséis año hubieron cinco guerras importantes entre estos personajes.

Primera guerra, muerte de Severo y Maximiano- Severo dio comienzo a las acciones bélicas, marchó a Italia con sus ejércitos para atacar a Maximiano y Majencio, pero en el caminó su ejército se amotinó, luego fue entregado a los dos emperadores en Roma y fue condenado a muerte. Galerio hizo emperador a Licino en su lugar. Al poco tiempo, Maximiano trató de arrebatarle el poder a su hijo para ser único emperador, pero sus soldados se negaron a traicionar a Majencio, Maximiano fue condenado, este huyó a la Galia y se alió a Constantino entregándole a su bella hija Fausta en matrimonio. Pero al poco tiempo, Constantino fue a combatir a los bárbaros en el Rhin y Maximiano intentó quedarse con el tesoro y los ejércitos de este diciendo que había muerto combatiendo a los francos, Constantino lo mandó encerrar y murió poco tiempo después.

Muerte de Majencio 312dc- En Roma, Majencio comenzaba a comportarse como un tirano, los romanos habían llegado a odiarlo. Pronto se indispuso con Constantino y le declaró la guerra. Constantino cruzó los Alpes y llegó a Roma con sus ejércitos y se enfrentó con Majencio a la orilla Oriental del Tíber, los ejércitos de Majencio pronto sucumbieron ante los jinetes galos de Constantino, los pretorianos se rindieron cuando vieron sus fuerzas agotadas, Majencio cayó al Tíber cuando escapaba y murió ahogado. Constantino pasó a dominar Italia y se alió con Licino por lo que los dos fueron dueños de toda Europa.

Maximino Daza- Maximino Daza estaba aliado con Majencio y supo de su derrota, intentó una invasión a Europa, entró por Grecia y se enfrentó a Licinio, pero fue vencido y ejecutado, se condenaron a muerte luego a su mujer, sus dos hijos, al hijo de Galerio, al de Severo, y a la mujer y hija de Diocleciano, Licinio pasó a ser emperador del Imperio romano oriental.
Rompimiento entre Constantino y Licinio 315dc- Constantino y Licino se pelearon luego, y se declararon la guerra, Constantino pasó los Alpes y enfrentó a Licino en Grecia, los venció dos veces y le obligó a ceder sus posesiones en Europa.

323dc- Hubieron algunos años de paz, hasta que Constantino volvió a invadir los territorios de Licino, este fue vencido en Adrianópolis y más tarde en Asia, se rindió y fue muerto por orden de Constantino, este quedó luego como único dueño del Imperio, y abolió las reformas hechas por Diocleciano.

Edicto de Milán- En el año 313 en Milán, los dos emperadores Constantino y Licino promulgaban el famoso edicto de Milán, el que otorgaría la libertad de culto a todos los cristianos del Imperio, El sueño de Constantino es una de las escenas más famosas de la Leyenda de la Vera Cruz,. Según Santiago de la Vorágine, narrador de la historia: "el árbol de la Cruz permaneció oculto bajo tierra más de doscientos años... hasta que fue encontrado por santa Elena, madre del emperador Constantino.

He aquí cómo ocurrió el hallazgo: por aquel tiempo una multitud innumerable de bárbaros se congregó a orillas del Danubio con intención de cruzar el río y conquistar todas las tierras occidentales. Cuando Constantino se enteró... llegó hasta el Danubio y colocó en sus orillas estratégicamente a sus soldados. Luego, viendo que las tropas enemigas atravesaban el río... sintió un miedo extraordinario. Aquella misma noche, mientras dormía, un ángel lo despertó y lo invitó a mirar a lo alto. Al levantar sus ojos hacia el cielo Constantino vio suspendida en el espacio una cruz formada por dos rayos luminosos y sobre ella una señal en letras de oro que decía: "In hoc signo vinces" (Con esta señal vencerás).

Confortado con esta visión, el emperador hizo construir una cruz semejante a la que viera en el cielo" para participar en la batalla contra Megencio, que vencerá en nombre de Cristo. Piero della Francesca presenta el momento previo de la visión de Constantino, cuando el emperador duerme en su tienda guardado su sueño por un sirviente que apoya su codo en la cama imperial y dos soldados armados, uno de ellos de espaldas. En la zona superior izquierda encontramos al ángel que baja para mostrar la cruz a Constantino, siendo el foco de iluminación del conjunto. La tienda abre sus telas para adentrarnos en el sueño del emperador, arropado en su lecho; diversas tiendas se muestran al fondo para crear sensación de perspectiva, una de las obsesiones de Piero.. La iluminación nocturna crea un atrevido efecto de claroscuro, dotando de volumetría y aspecto escultórico a las figuras. Las telas ofrecen sensacionales plegados tanto en los soldados como en las sabanas del emperador o los hábitos del ángel, en una posición muy escorzada. Bien es cierto que los personajes carecen de expresividad, faltándole un halo de vida para ser una escena insuperable, así nació la Orden de San Jorge Megalomártir, como símbolo de los Jerarcas de la Teocracia Ecuménica, y como símbolo de las Victorias que en nombre de Cristo, los Teócratas deben de realizar contra las adversidades y por el bien del cristianismo y de los necesitados

Constantino en su lucha por el poder se puso de lado de los cristianos, su esposa era cristiana y su padre Constancio simpatizaba con la Iglesia. Constantino se aferró a los cristianos ya que a pesar de su minoría numérica tenían una fe sincera en su libertador, no así como los paganos que eran más fríos en materia religiosa. Diocleciano y Galerio habían realizado un último esfuerzo para erradicar a los fieles, pero Constantino fue consciente de la cantidad de adeptos que se unían casi periódicamente. Constantino luego de asociarse a la Iglesia, conmovido por su doctrina, mandó abolir las crueles costumbres antiguas, entre ellas las de crucificar a los condenados a muerte, suavizó tanto más las costumbres hasta aquel entonces semibárbaras que existían en Europa. El hecho de que Constantino hubiera colocado a la Iglesia en una posición tan honrosa, provocó que su numero de adeptos se multiplicara, ya que ser miembro de la comunidad cristiana pasó de ser un sacrilegio a un gran honor, esto atraía a muchos ambiciosos, de esa manera la Iglesia lo que ganó en potencia, lo perdió en valor intrínseco, los antiguos y verdaderos religiosos renunciaron a los honores y pomposidades y se resignaron a vivir como ermitaños en el desierto. Constantino es venerado por la Iglesia Ortodoxa y se celebra todos los años el día de su muerte, como a un santo,

Constantino quiso trasladar su corte a la antigua ciudad de Bizancio, la fundó el día en el que el sol entraba en sagitario, y quiso que los astrólogos eligieran el día más propicio, la llamó Constantinopla en su honor. Constantinopla pasó de ser una ciudad mediana, a competir con la misma Roma en importancia mundial, se construyeron hermosas iglesias, el palacio imperial se construyó a la orilla del Bósforo, así como grandes monumentos y catedrales que hasta hoy subsisten. La flamante capital estaba emplazada en un lugar estratégico que la hacía llave de Occidente y Oriente, luego que el emperador estableció allí su residencia, creció económicamente y fue una de las ciudades más poderosas de la tierra.

DOMUS PORPHYROGENITA KAESARIENSIS ET REGIA APOSTOLICA



Pro Patriarca de la Santa Iglesia Apostólica Primitiva, Católica y Ortodoxa S.M.R.I. S.B.S. Dom. Saul III Kaesar Augustus O.S.+G, Princeps Dipo-Flavio De Santo Emmanuelis, Progenie Dardanica-Silvia-Julia-Claudia-Valeria-Flavia, Moderador de la Teocracia Ecuménica. Jefe Oficial y Jurídico de la Domus Porphyrogenita Kaesariensis et Regia Apostólica in África ( Zeugitana), Mauretania, Numidia.

· Ejerce el ministerio desde el año 1.963, y ha sido reconocido por mas de 300 Gobiernos e Instituciones.

· En 1.969, la Iglesia Ortodoxa de la obediencia Osmanli Patriki, expidió certificado y testimonio como Patriarca y Exarca Coadjutor de la Venerable Orden Ecuestre y Religiosa de San Jorge Megalomártir, del Rito Sirio Bizantino.

· En 1.969, con la calificación de Metropolita titular de Kaysarieh y de Erzerum, Arzobispo y primado Apostólico de Capadocia Armenia, como obispo consagrado den la Sucesión de San Pedro de Antioquia.

· En 1.970, fue nombrado en el Libro de Oro de los Valores Humanos, Edición del Memorial (París), y se público una estensa nota biográfica p.865. Galardonado con la Medalla Lauréat du Livre d´Or.

· En 1.980, la Venerable y Pía Unión de las Iglesias Cristianas, le concedió el nombramiento de Alto Patrono con elogiosas palabras.

ORDEN BONARIA


Queremos desarrollar aquí consideraciones que permitirán tener una mejor perspectiva de conjunto sobre el papel que deben jugar hoy la Caballería y sus integrantes dignos, lúcidos y responsables.

Por otra parte el mundo se compone cada vez menos de partes aisladas. En la Edad Media solo se vinculaban los pueblos por el comercio, la guerra y las alianzas ya que eran raras las embajadas de otro tipo. Hoy eso cambió y la interacción social, cultural y económica de los países es permanente y creciente. Y esto impone, se quiera o no, un sello adicional de internacionalidad geográfica a lo caballeresco. Sello que obliga a una mayor amplitud de miras y a una mayor aptitud para la convivencia. Pero lo caballeresco debe ir, como veremos luego, mucho más allá y mucho más alto que las circunstancias contingentes que se han señalado.

De hecho en la Caballería existe desde siempre un fundamento esencial, necesario e inamovible que es su núcleo y basamento espiritual. En la Orden Bonaria hemos demostrado largamente que tal fundamento no hace a tal o cual creencia religiosa particular sino que, rebasando de lleno el marco de lo exotérico, se inserta de pleno derecho y por su naturaleza misma en el marco de lo iniciático y esotérico. Si no comprendemos esto no podremos captar nunca el verdadero espíritu de la Caballería ni de antes ni de ahora, ni de la del Medioevo ni de la de nuestro siglo XXI. Y solo podrá haber entonces parodias más o menos ridículas, carentes de elevación y amplitud de miras por parte de individuos no calificados para ser Caballeros. O, lo que es mucho peor, se usará el nombre de la Caballería para amparar intereses mezquinos y bastardos que pueden ir desde las ambiciones personales hasta las torcidas actitudes políticas extremas. De sobra sabemos de tales casos que son solo explicables por la felonía y mediocridad de quienes así proceden.

Así resulta que para remediar tales males es necesario correr hacia los bienes. Y esto supone recentrarse en los sublimes postulados que demasiados “Caballeros” de hoy ignoran supinamente.

Este espíritu implica y exige de manera terminante y taxativa estar del lado del débil, del desprotegido y necesitado de ayuda, de las minorías desposeídas o en peligro, en suma del lado de los débiles.

Es compasión, tolerancia y caridad las que mueven al Caballero e impulsan su valor para eliminar al dolor y procurar el bien común. No olvidemos además que la verdadera Libertad nace precisamente del Principio de Tolerancia. Este, en suma, nos enseña que debe uno tomarse el trabajo de amar al prójimo, de comprender a los otros y de respetarlos, poniendo en un pie de igualdad a todos los seres humanos en cuanto a su esencia sagrada y sus derechos. Si esto no se da en forma sincera y genuina en los hechos, la Libertad pronto sucumbe tras reducirse primero a meras expresiones declamatorias sin contenido real.
Y la Caballería digna de ese nombre no puede existir en tales condiciones.

Los verdaderos Principios Bonarios no son felizmente los de la Inquisición. Por el contrario hay en la Orden cuando se la comprende realmente amplio marco para la convivencia armoniosa y el diálogo fecundo.
Una Orden que excluya a quienes no sostengan determinados dogmatismos es solo una falsificación bastarda, e ignorantes son los que llevan tales cosas adelante.
No importa lo que pregonen, lo que hacen es lo que cuenta.

La universalidad, presente por cierto en la Caballería de antaño, es la piedra de toque de lo iniciático. Nace tal actitud diría naturalmente de un estado de conciencia elevado. Si falta, es señal de que se permanece en las tinieblas del mundo exterior y profano. Defender esto ya no es solo cosa de Damas y Caballeros, es deber insoslayable de toda la auténtica Caballería. Olvidarlo o negarlo supone ser un felón y un mal Caballero con la indignidad que ello trae consigo,
No hay ni puede haber nunca Caballería digna de ese nombre sin Tolerancia, Justicia y Compasión.

Pero hay más, mucho más y que hace, como ya señalé, al carácter iniciático de la Caballería. Ahora bien, lo Iniciático solo es perceptible a partir de un cierto grado de madurez interior, el que ni remotamente es característica generalizada de los humanos en los tiempos que corren. Y cabe bien preguntarse: ¿se puede conocer la Caballería cuando se carece de esta apertura interior?.

La respuesta es para quien escribe terminantemente negativa y para intentar darla con fundamentos podemos hacer referencia a la obra de Paul Jouveau du Breuil “Vocation Spirituelle de la Chevalerie”. Si bien todo en este libro es bello y poético el autor no rebasa en ningún momento del nivel moral y devocional en sus consideraciones. No ha alcanzado lo metafísico a través de la vivencia personal y ello marca todas sus concepciones de carencias indudables. Pero aún así su fervor natural no le impide escribir palabras lúcidas:

“A la lucha por el triunfo de lo Verdadero, lo Bello y del Bien la Iglesia no puede ya darle la marca divina pues ella se ha dejado corromper con el mundo desde hace mucho. Es esto lo que la hace inapta para exaltar las almas activas como, diez siglos antes, ella había podido movilizar las voluntades caballerescas para defender la fe, la viuda y el huerfano”. (Cap. XVIII, pag. 161, Editions Traditionnelles, Paris, 1979).

Esto es alcanzar el umbral de lo verdaderamente trascendente pero no traspasarlo.
Si he logrado explicarme en cuanto que no se reduce lo caballeresco a lo ético y a la fe religiosa exotérica bien podemos avanzar un paso más en lo esencial.
En definitiva que el Caballero llegó a ser y permanece como una figura arquetípica, única y a la que no se alcanza con solamente ética, valor, destreza y cortesía. Así como Rudolf Otto afirmaba que la bondad por si sola no alcanza a lo santo sino que es necesario además lo numinoso, así vemos que en el auténtico Caballero también lo numinoso está presente y que él no es figura del todo de este mundo

Se desemboca así en conclusiones que deben ser mencionadas una y otra vez:

Todas estas preguntas tienen una sola y taxativa respuesta:
Por ello será conveniente y deseable referirse a la Caballería Espiritual o, mejor aún, Iniciática para distinguirla del que solo practica la guerra y el combate o bien de quienes usurpan el título de Caballero, llenándose de melladas y títulos, usurpando el nombre de personas fallecidas, sin derecho a ello.

Lo dicho basta para comprender dos puntos fundamentales. El primero es el abismo de diferencia que existe entre el esoterismo iniciático y el simple exoterismo religioso, pues hasta un Papa (Inocencio III) se ufanaba no de ser pontífice, sino de pertenecer al Temple como Caballero. El segundo punto es la tremenda importancia de lo que impulsaba a muchos poderosos y espíritus ilustres a pertenecer a la Caballería.

Recordemos el caso de Dante Alighieri, Bocaccio y los "Orden Mercé, o del Buen Aire" .
Una cuestión de especial interés relacionada con la Orden del Temple, son sus filiaciones u Ordenes derivadas de carácter laico o seglar. Se poseen evidencias de que al menos una de estas filiaciones existía ya bastante antes del infame proceso al que fue sometido el Temple y de la pérdida del carácter canónico de la Orden, lo que tuvo lugar en 1312. Esta filiación a la que aludimos es la Orden de los Fieles de amor, desconocida por muchos que presumen ser continuadores del Temple, a veces designada también con el nombre de la doctrina iniciática por ella transmitida: la Fede Santa.

No parece caber duda razonable de que el nombre de Mercé de Amore provenía directamente del famoso grito de guerra de los caballeros templarios cuando estos se lanzaban al combate con valor insuperable. Ese grito era: ¡Viva Dios, Santo Amor!

Por otra parte es bien conocida la pertenencia de Dante Alighieri, con dignidad de Gran Maestre y otro tanto corresponde afirmar del pintor Pedro de Pisa. Pero no fueron ellos los dos únicos talentos, sino que asombra aún hoy la pléyade de grandes figuras de la literatura italiana que revistaron entre los Buenairos de Mercé de Amore. Baste mencionar a Bocaccio, Petrarca, Andreas Cappelanus, el cardenal Francesco da Barberino, Cavalcanti, Dino Compagni, como también Brunetto Latini, autor bien conocido de dos obras, el "Tesoro" y el "Tesorillo" a quién después nos referiremos. Incuestionablemente los Buenairos de Mercé de Amore poseían una transmisión iniciática y una corriente doctrinal esotérica propia en su forma externa, de indudable origen templario en lo inmediato pero ismailita (Orden de los Haschischin) en lo mediato. Esta doctrina, precisamente por ser iniciática, era suprarreligiosa y no podía de ninguna manera ser encuadrada en los cánones del cristianismo, ni siquiera como una heterodoxia.

Es necesario recalcar aquí una vez más que lo auténticamente iniciático y tradicional tiene su lugar propio en un plano espiritual-intelectual más elevado que lo religioso, entendiendo esto último tanto en el aspecto dogmático como devocional. Recordemos que lo religioso es, por excelencia, esencialmente pasivo y funciona exclusivamente a nivel de consuelo y soporte emocional. Lo iniciático, por el contrario, corresponde al modo activo de desenvolvimiento espiritual empleando técnicas propias y distintivas que son las disciplinas de esta vía. Por ello ambos caminos no pueden, en rigor, encontrarse ni coexistir, siendo esencialmente incompatibles tanto por una cuestión de nivel espiritual como por otra de índole metodológica.

Además, y esto es básico, la vía iniciática está ante todo caracterizada por la transmisión
espiritual que se denomina, precisamente, iniciación. No existe contrapartida o análogo de la iniciación en el campo religioso, a despecho de lo que han pretendido algunos autores desencaminados y confundidos, tales como Frithiof Schuon. Bien entendido, todo aquello de naturaleza devocional, tal como oración, éxtasis místico, mortificación ascética y limosna caritativa no tienen absolutamente nada que ver con la vía iniciática, correspondiendo sin excepción y exclusivamente a un nivel muy inferior de cosas que es, por supuesto, el religioso.

Esto aquí enunciado es muy simple de entender para quién posee las necesarias aptitudes y cualificaciones para emprender verdaderamente la vía iniciática, pero no resulta por cierto cosa simple para la inmensa mayoría de las personas. De hecho, se requirió mucho tiempo para llegar a clarificar las ideas hasta este punto. Y por supuesto, durante muchos siglos quiénes recorrían la vía iniciática seguían (y generalmente siguen hasta hoy en día) añadiéndole elementos superfluos de tipo religioso con todos los perjuicios que ello implica: dogmatismo fanático, sectarismo, pérdida de universalidad y de fraternidad.

Por supuesto, tales actitudes provienen de una incomprensión profunda de la naturaleza de lo iniciático, cuyo desenvolvimiento tiene lugar en el plano de la experiencia metafísica a nivel totalmente suprapersonal. Pero, por supuesto, quién jamás ha atravesado por tales experiencias inefables y, por ende, posee solo una idea muy vaga y remota de la naturaleza de éstas, mal puede comprender porqué debe desembarazarse de lo religioso para alcanzar algo ciertamente más elevado en lo que hace tanto a la vivencia interior como al Conocimiento del Ser.

Naturalmente todas estas dificultades provienen del hecho que normalmente se inicia a personas que no poseen, ni aún en grado ínfimo, las mínimas condiciones que las harían aptas para tal vía de realización espiritual. Y lo que aún es más grave, llegan a la Iniciación cargados de ideas absurdas y concepciones erróneas que generalmente toman del "saber" profano como del dogmatismo religioso y que luego les resultan muy difíciles de olvidar.

Pues bien, en los Buenairos de Mercé de Amore se daban en buena medida hechos de la naturaleza mencionada. Lo genuinamente esotérico e iniciático se revestía una y otra vez con un ropaje demasiado marcado por la ignorancia, el fanatismo y la superstición propias de lo típicamente religioso.

Otras veces, el temor a la Inquisición y a los güelfos hacía que ese ropaje religioso, con todos sus absurdos y limitaciones, fuera adoptado deliberadamente. Y así nació incluso un lenguaje secreto de los Buenairos de Mercé de Amore, por demás interesante y del que nos ocuparemos más adelante.

Un tema de tanto interés como los Mercé no podía escapar a la atención de los especialistas tanto del campo esotérico como historiadores. Y así fue como hombres de la talla de René Guénon, Julius Evola, G. Rosetti, Luigi Valli, A. Ricolfi y Arthur Schult (para mencionar solamente a algunos de los más conspicuos) le han dedicado a esta Orden considerable esfuerzo. Hoy volcaremos en esta exposición algunos de los resultados por ellos obtenidos.

Veamos algunos hechos de interés al respecto. En el museo de Vienne, junto al Ródano, se conservan dos medallas con la imagen de Dante Alighieri y del ya mencionado pintor Pedro de Pisa y en las que se leen las letras FSKIPFT.

El observador desprevenido podría fácilmente pensar que tales letras son simplemente las iniciales de las denominadas virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad junto con las correspondientes a las virtudes cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza. Pero un instante de reflexión basta para comprender que no era posible que hombres de exquisita ilustración como los nombrados admitieran o cometieran el burdo error de escribir en latín "caridad" (charitas) con K. La cuestión se aclaró por obra de Aroux, quién señaló que en realidad se trataba de una sigla que hacía a una cuestión absolutamente específica de la Orden de los Buenairos de Mercé de Amore. René Guénon pudo rectificar un error de Aroux y finalmente se llegó a la solución del enigma. Las letras mencionadas son las iniciales de "Fidei Sanctae Kadosch, Imperialis Principatus, Frater Templaris" o sea "Consagrado de la Fe Santa, Príncipe Imperial, Hermano Templario". Como el mismo René Guénon señala, la denominación de Kadosch (Consagrado o Santo) es una palabra que se emplea hasta hoy en conexión con el Grado 30 de la Masonería, Grado que es templario por excelencia.

La denominación de Príncipe Imperial sin duda hay que vincularla a la marcadísima orientación gibelina de la Orden, es decir una actitud de total apoyo al Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en enfrentamiento con el poder temporal usurpado por la Iglesia Católica.

Pero lo que merece una aclaración más detallada es lo de Fidel Sancta (o Fede Santa en italiano) la que no guarda relación con el dogmatismo y creencias de ningún credo religioso corriente y esotérico.

De hecho, hay buenas razones par pensar con Guénon que la Fede Santa, o caballeros buenairos, en ciertas ramas se denominan buenechores, filiación templaria laica o secular, era en tiempos de Dante algo que en alguna medida se asemejaba a lo que más tarde se conoció como "Fraternidad de la Rosa-Cruz", si es que esta misma no se originó directamente de ella. Para aclarar un malentendido frecuente aclaremos desde ya que los miembros de la Fede Santa se autodesignaban como Buenairos de Mercé de Amore, nombre con el que luego llegó a designarse a la misma Orden.

El simbolismo básico era de naturaleza astrosófica, similar por una parte al que los Templarios habían tomado de los cátaros, y estos de la tradición esenia, tan remarcada por la Fraternidad de Ormus.

Sin entrar en detalles que no corresponden aquí, digamos que este simbolismo hace referencia al Trivium y al Cuadrivium es decir a las "siete artes liberales": Gramática, Lógica, Retórica, Geometría, Astronomía, Aritmética y Música. Naturalmente estas disciplinas eran encaradas en la Orden desde un enfoque sapiencial e iniciático, más elevado en espíritu y contenido que el saber profano. Naturalmente esto tiene amplia relación con las esferas o cielos planetarios a los que hace amplia alusión el Dante en la "Divina Comedia". Sin embargo, en cuanto a la estructura de grados, o sea la jerarquía iniciática interna, los Buenairos de Mercé de Amore se apartaban de la estructuración en siete grados de la Orden del Temple, que se conserva hasta el día de hoy. Esta estructura de siete grados se originó al parecer en la Orden de los Haschischin.

Vale la pena señalar esto, mencionando de paso que existen distintos trabajos sobre las analogías entre ambas Ordenes. Volveremos luego al respecto pero señalemos desde ya que la estructuración de la Orden se hacía en base a un sistema de cuatro grados que enseguida analizaremos. Conviene de paso recordar que otra de las autodenominaciones que se daban los Fideli era en base a la palabra Merzé o Mercé (regalo, gracia, merced, denominándose Orden de la Merced, u Orden del Buen Ayre, por ser el soplo del espíritu lo que hace latir el alma, en su soporte físico, el corazón) y que aún hoy un alto grado de la caballería espiritual, lamentablemente caído en desuso, pretende tener un origen o filiación hermético-templario.

Este grado, aparentemente vinculado al menos en su simbolismo, con la Fede Santa es el de los "Príncipes de Mercy", título inherente al Gran Maestre de los Fede Santa o Mercé. Pues bien, lo notable es que la mejor fuente para conocer a fondo el simbolismo y ritual de los Buenairos de Mercé de Amore es una obra del Dante: la "Vita Nuova".

Desde luego el profano que la lee sin cuidado ni advertencia nada podrá captar ni entender.

Pero el iniciado no podrá dejar de detenerse en detalles que pronto la revelarán la clave de toda la obra. Esta es genuinamente iniciática pero su valoración exige precisamente que pongamos en práctica el consejo del propio Dante en la "Divina Comedia":

"O voi ch'avete li'ntelleti sani, mirate la dottrina
che s'asconde sotto 'l velame de li versi strani".

(Inferno, IX, 61-63).

Y las sorpresas con la "Vita Nuova" comienzan desde la primera página, pues allí dice Dante algo preciso, inconfundible que constituye, por excelencia, una alta verdad en el orden iniciático y metafísico:

"In quel punto dico veracemente che lo spirito
della vita, lo quale dimora nella segretissima camera
del cuore..."

Aquí el esoterismo se vuelve transparente en una alusión directa a la presencia divina (átmica) en la cámara etérica del corazón de todos los seres. Dios está en nosotros mismos, a través del aliento divino, el aire puro, el aire de dios, el “buen aire”: para buscarle y hallarle, no hacen falta enviados ni vicedioses.

Naturalmente que Dante no pudo continuar en esa obra siendo tan explícito: hubiera terminado en las garras de los fanáticos. Esta es la causa determinante de que emplee una y otra vez una terminología secreta que es precisamente ese lenguaje en clave de los Buenairos de Mercé de Amore al que hacíamos referencia antes.

Así, por ejemplo, una y otra vez el Dante habla de "corazón gentil" para dar a entender un corazón purificado de las pasiones propias de la naturaleza inferior del ser humano. El viento tenía para los miembros de aquella Orden el mismo sentido que tiene hoy la palabra "lluvia" para los otras Ordenes, y para la Orden Bonaria en especial: no hablar pues hay profanos que escuchan.

Todas estas medidas de prudencia eran, como se dijo, impuestas por el fanatismo e intolerancia de la Inquisición. Y reiteramos esto pues únicamente una religión corriente y exotérica puede ser sectaria (sectare: cortar, dividir) ya que separa y divide a sus seguidores de los que no tienen las mismas creencias.

En el nivel iniciático no puede haber sectas, pues toda genuina fraternidad esotérica practica el universalismo y postula la unidad,, trascendiendo así toda posible división real o ficticia entre los seres humanos.

Decíamos que la "Vita Nuova" constituye una verdadera síntesis a nivel ritualístico y simbólico de la "Orden de la Merced, de la Orden del Buen Ayre", bajo las apariencias de canto a un amor sublime pero profano.

Ciertamente sería muy ingenuo querer ver aquí un reflejo del amor del poeta por Beatriz, o sea Bice Portinari, una joven que conoció Dante a temprana edad. La obra tiene por cierto, fines mucho más elevados y Beatriz, tanto aquí como en la "Divina Comedia" es un símbolo de la Sophia, la Sabiduría Divina de naturaleza trascendente y, por supuesto, ubicada mucho más allá de todos los dogmatismos sectarios e idólatras.

Las investigaciones de los autores ya citados han permitido poner en claro que los cuatro primeros capítulos de la "Vita Nuova" corresponden al Primer Grado , denominado FEIGNAIRE o Aspirante (OBEDIENCIA). Los capítulos 5 a 13 se refieren al segundo Grado, PREGNAIRE(GRACIA MAGISTRAL o JUSTICIA) o Postulante. En los capítulos 14 a 17 se velan simbólicamente ritual y doctrina del Tercer Grado, ENTENDEIRE u Oyente(CONSEJO MAGISTRAL). Finalmente los capítulos 22 a 29 se centran en el Cuarto y último Grado, SERVUS o Servidor (GRAN MAESTRE).

Los capítulos 30 a 34 inclusive narran las experiencias espirituales subsiguientes a la Iniciación entre los miembros de la Orden. Los capítulos 35 a 39 están dedicados a narrar los afanes del iniciado al retornar a la vida cotidiana. El final feliz se reserva para los capítulos 40 a 42 que constituyen un cántico espiritual de gran elevación.

Resulta de interés señalar que Dante fue iniciado en el Primer Grado de los Buenairos de Mercé de Amore alrededor de 1290. Su iniciador fue un eminente filósofo y erudito de la época, de nombre Brunetto Latini (1230, circa 1294), muy respetado y querido por Dante. El gran florentino se inspiró visiblemente al escribir el Canto Primero del Infierno en el "Tesoretto" de Latini, obra de neta inspiración templaria escrita en italiano a modo de resumen de una obra anterior en francés, el: "Trésor" del mismo autor.

Y entramos ahora a considerar brevemente la obra cumbre de toda la literatura italiana: la "Divina Commmedia". Obsérvese que este título del poema dantesco y que ha perdurado, le fue dado por Bocaccio.

Dante murió dejando innominada su obra maestra. En su obra capital Dante vuelca lo más elevado de la gnosis templaria en forma recóndita, cifrada en símbolos y velada por alegorías. Y nuevamente aparece aquí patente su filiación templaria, pues tras haber sido guiado en el poema por Virgilio y por Beatriz es Bernardo de Clairvaux, fundador del Temple e inspirador de su Regla, quién lo conduce a los planos de más elevada espiritualidad, hasta llegar al "Amor que mueve al Sol y a las estrellas", donde culmina y finaliza el poema.

Respecto de los trece Cantos finales de la "Divina Commedia" vale tal vez la pena hacer la acotación siguiente. Dante murió en Ravenna en 1321. Los últimos trece cantos del Paraíso, precisamente aquellos en los que él había cifrado hábilmente lo más elevado de la doctrina esotérica del Temple y de los Buenairos de Mercé de Amore, no pensaba su autor publicarlos puesto que ello resultaba peligroso. Y así fue que los escondió en un hueco de la pared de su casa, hábilmente disimulado por una estera de paja. Aún cuando aquí no vamos a elucidar cual es esa doctrina, vale la pena releer entre líneas esos Cantos pues ello puede conducir a hallazgos de mucha importancia.

Muerto el gran florentino, sus hijos y amigos pensaron que su obra maestra había quedado trunca. En efecto, como el Infierno consta de una Introducción y treinta y tres cantos y otros treinta y tres tiene el Purgatorio, era lógico esperar otros tanto como extensión del Paraíso. Cuenta Bocaccio en su "Vida del Dante" que esta historia tuvo un final tan feliz como sorprendente. Ocho meses después de muerto Dante, un discípulo suyo por largos años, de nombre Piero Ravignani, soñó con el poeta. El gran gibelino apareció en ese sueño vestido con túnica blanca e irradiando toda su figura un halo de luz, a modo de un auténtico Iniciado que era.

En el sueño su discípulo le preguntó si estaba vivo a lo cual Dante respondió que en efecto él vivía pero la verdadera vida, no la nuestra terrenal y miserable. Al interrogarle de nuevo el discípulo, esta vez acerca de si su grandioso poema había sido concluido, Dante respondió de nuevo afirmativamente y en el sueño le condujo hasta el hueco antes mencionad en la pared de la que había sido su casa en vida, diciéndole que allí se hallaba lo que tanto se había buscado. Tras esto se desvaneció la imagen del poeta, despertó el discípulo y corrió en el acto hasta la casa de Jacopo Alighieri, hijo del gran florentino y que moraba en la que había sido casa del Dante.

Le cuenta su sueño y juntos corren a la pared de marras. Allí, tras la estera se hallaba el hueco del que extraen, terriblemente emocionados, los manuscritos a los Cantos faltantes del Paraíso, a los que la humedad ya comenzaba a deteriorar. Así se pudo disponer del texto completo de la "Divina Commedia" que nos ha llegado hasta hoy íntegra a pesar de que en diversas oportunidades la Inquisición pensó en destruirla. En particular, en la España del siglo XVII fueron quemados numerosos ejemplares por los siempre activos representantes de la intolerancia y el fanatismo ignorante.

El tema central del esoterismo de Dante es el Amor divino como medio para alcanzar la Sophia, la divina Sabiduría que se halla más allá de todas las creencias y dogmas. Y esta Sophia es el tema clave de todo el esoterismo gnóstico, incluyendo aquí no sólo a los Templarios y a los Buenairos de Mercé de Amore sino también a los cátaros, para no mencionar ahora sino corrientes iniciáticas occidentales. No cabe duda de que el catarismo y el templarismo mantuvieron relaciones muy estrechas, lo que se torna evidente al examinar ciertos ritos en los altos grados de la Orden . Y en cuanto a la Sophia o Divina Sabiduría, vale la pena recordar aquí lo señalado por el Dr. Hugh Schonfield, quien ha analizado en sus obras el código cifrado "Atbash", basado en la permutación de letras y que empleaban tanto los esenios como los sadoquitas y nazareos para hacer ininteligibles sus textos. De acuerdo al Dr. Schonfield al aplicarle esta clave criptográfica a la palabra "Baphomet" ésta se transforma en "Sophia", lo que resulta por lo menos muy sugestivo (C.f.r. Lincoln-Baigent-Leigh: "El Legado Mesiánico").

No cabe duda de que los Templarios tuvieron muy estrechos contactos con diversas agrupaciones iniciáticas en Tierra Santa y ésta podría ser una prueba más al respecto. En diversos trabajos se ha mencionado la evidente analogía entre los colores rojo y blanco usados en su vestimenta tanto por los ismailitas haschischin como por los Templarios, es decir que las dos Ordenes que reclamaban para sí el título de "Guardianes de Tierra Santa". Esta analogía en realidad va más lejos aún pues estos colores aparecen también en combinación con el negro como fundamentales en Alquimia.

Notablemente blanco y rojo son también los colores tanto de "Conduiramour" como de Beatriz, siendo la primera para Parsifal lo que es Beatriz para el Dante. Naturalmente hay que remitir aquí a la obra de Wolfram von Eschenbach... y recordar que la Tradición Iniciática es una y universal.

A esta altura ya es menester, para concluir, señalar algunos puntos más que hacen directamente a aspectos doctrinales de la Fede Santa. Resulta muy ilustrativa al respecto la obra "Documenti d'Amore" del cardenal Francesco da Barberino (nacido circa 1597).

Este libro ostenta en su portada la imagen de un guerrero espada en mano. De la boca de éste sale una inscripción que es la siguiente:

"Yo soy la fuerza y miro si viniera
alguno que este libro abrir quisiera;
y si no fuese el de tener derecho
con esta espada le atravieso el pecho".

Resulta innecesario aclarar que este Cardenal era miembro de la Orden. La cuarteta anterior se refiere bien claramente a la absoluta necesidad de guardar los tesoros espirituales para quiénes sean realmente dignos de ellos. Una nueva y sabia indicación de que jamás debe iniciarse a profanos que no posean altas condiciones y virtudes (alejando al "vulgo ingrato" del que hablaba Dante o sea la chusma desagradable) la da el mismo da Barberino con aquello de "temere della gente grossa" (o sea de los ignorantes) y añade luego el mismo autor: "Digo y declaro que todas las obras hechas por muy referentes al Amor las entiendo en un sentido espiritual, pero no todas pueden ser comprendidas por todos". Y en otra obra emanada de la Orden, el "Jugement d'Amour" se hace referencia a los "Misterios de Amor" que no se pueden comunicar a los viles, a los indiscretos y a las personas vulgares.

Lo notable es que todo el disimulo empleado en sus obras en relación a temas iniciáticos, Dante lo perdía de golpe al pasar a ocuparse, incluso en las mismas obras suyas, de temas más profanos. Así por ejemplo, cuando en el Canto XXXI del Purgatorio hace referencia a la nefasta alianza entre la Iglesia y el rey de Francia, Philippe le Bel para destruir a la Orden del Temple, él afirma sin vacilar:

"Sicura, quasi roca in alto monte
seder sovr'esso una putana sciolta
m'apparve con le ciglia intorno pronte.
E come perché non li fosse tolta
vidi di costa a lei dritto un gigante
e baciavansi insieme alcuna volta".

En la traducción del Prof. Battistessa estos versos del Purgatorio quedan así:

Segura cual castillo en alto monte
divisé allí, sentada, a una ramera
medio desnuda, pronta a hacer guiñadas.
Y como porque no se la quitaran
Un gigante vi erguido frente a ella,
Y así de vez en cuando se besaban.

Cabe aclarar que aquí el poeta con el gigante alude a Philippe le Bel, el rey de Francia (era muy alto como todos los hombres en su familia).

Aquí Dante se inspira claramente en el Apocalipsis XVII, en cuanto este texto se refiere a la prostituta de la ciudad de las siete colinas que ha fornicado con todos los poderosos de la Tierra, y los habitantes de la Tierra se embriagaron con el vino de su prostitución.

Y yo agregó: a confesión de partes, relevo de pruebas. Pero, sin duda era grande la justa indignación de Dante al asistir a un hecho tan inicuo como la destrucción del Temple.

El corrió a París a comienzos de 1310, tan pronto comenzó la parodia de juicio a los Caballeros Templarios y permaneció allí hasta 1312, sin que ninguna razón profana le obligara ni a tal viaje ni a tal prolongada estadía. Cabe suponer, con buenos fundamentos, que si acudió a París fue simplemente para hacer cuanto estuviera a su alcance para salvar a los Caballeros, sus Hermanos, del tormento y de la hoguera.

Tiempos muy duros fueron esos para el Temple y sus Ordenes filiales, tiempos en que se debían redoblar las precauciones para no caer como víctima de la vorágine del fanatismo ignorante. Por ello tantas precauciones, tanto secreto, tanta clave esotérica. Y así, a nivel de síntesis final, demos para facilitar la lectura de la obra del florentino desde el punto de vista esotérico, un breve glosario:

Amore: nostalgia y deseo de la unión con Dios.
Pietá: Iglesia espiritual o sea los Misterios Iniciáticos.
Violenza e Forza: ----------------------------
Morte e crudeltá: -----------------------
Beatrice: ecclesia spiritualis, Sophia; Divina Sabiduría.
Beatrice es la antítesis de la
Prostituta:------------------------------
(No se pone todo el glosario, ya que pertenece a la tradición de la Orden Bonaria).

VELTRO (el lebrel): Es el VangELo eTeRnO (observar las mayúsculas) tal como sospechó Giovanni Papini pero con referencia a la Sophia y a la Iglesia Johannita (basada en el evangelio de San Juan) y no en las doctrinas de Gioacchino da Fiori y Gerardo de San Donnino, como conjeturaba Papini.

La tiranía del espacio nos impide entrar aquí en otros aspectos fundamentales del esoterismo dantesco tales como la influencia que tuvieron en el gran florentino los maestros espirituales islámicos y los esquemas astrosóficos que se observan en la "Divina Comedia". Desde luego esto reabre la vieja cuestión acerca de la muy probable iniciación recibida por los Caballeros Templarios por parte de esoteristas islámicos. Esta exposición no estará completa si no mencionamos brevemente dos grupos de hechos fundamentales que no pueden deberse al azar en modo alguno. En primer lugar el viaje poético de Dante por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso está calcado aun en detalles menores sobre el viaje nocturno de Mahoma descrito en el Al-Coran y en otros modelos de la literatura espiritual islámica.

De esto se ocupa extensamente Miguel Asín Palacios en su famosa obra "La escatología musulmana en la Divina Comedia", reeditado por Hiperión, Madrid, 1984. Más sugestivas aún son las repetidas citas por parte del Dante del más grande de los maestros espirituales del Islam, el murciano Mohyiddin Ibn `Arabi sin citar jamás la fuente. Como señala Guénon mismo si Dante conoció la obra de Ibn 'Arabi de fuentes profanas porque lo ocultaba, máxime cuando no tiene inconveniente en citar a otros filósofos islámicos como ser Avicena y Averroes.

Remito para mayores detalles a la obra clásica de René Guénon "L' ésotérisme de Dante", Gallimard, París, 1957.

El otro grupo de hechos que se conecta estrechamente con lo dicho son los vínculos indudables que existieron entre el Temple y la secta islámica de los haschischin (mal traducido por asesinos o por "gente del haschisch"). De hecho haschischin solo puede traducirse como "Guardianes de Tierra Santa" es decir exactamente el que los Templarios daban a su propia Orden. Esto ha sido señalado por Guénon y por J.H. Pronst-Biraben "Los Misterios de los Templarios". Las similitudes de ambas órdenes iban mucho más lejos pues sus estructuras jerárquicas, pasando incluso por la adopción de los mismos colores (blanco y rojo) de una y otra. De hecho es sabido que Templarios y haschischin tomaron contacto en Siria antes de 1128, año de la redacción de la Regla del Temple.

Los hechos anteriores llevan a sospechar que nos hallamos frente a una corriente iniciática subterránea con indudable origen en el Islam. De esta lo que se ha hecho público solo lo fue en forma velada a través de los escritos de los Buenairos de Mercé de Amore. En realidad existen otros hechos contundentes del más alto interés pero es suficiente con lo que aquí ha sido expuesto. Concluyamos pues esta exposición y justifiquemos este silencio nuestro con palabras de otro miembro de la Fe Santa, Andreas Cappelanus, en su obra "Liber de arte amandi":
QUIEN NO SABE CALLAR
NO SABE AMAR

Está claro que el mundo de hoy ha olvidado todo al respecto del sentido y misión Iniciáticos de la Caballería y prueba de ello es que aquí y allí surgen nuevas órdenes que pretenden ser honoríficas y no pasan de carnavalescas, dado que no poseen ni raíces en el pasado ni filiación iniciática alguna.
En algunos casos pretenden reducir lo iniciático a lo meramente religioso y exotérico. Desde luego esto es una prueba de la formidable ignorancia respecto de la Tradición Iniciática en que vive ese tipo de personas. La parodia es su refugio pues no pueden comprender ni alcanzar a lo verdaderamente trascendente.
Pero que la Iniciación germine, florezca y fructifique supone un trabajo interior arduo y prolongado. Y aquí está la clave para el futuro de la Caballería.
Si esta quiere ser plena, auténtica, legítima debe encarar esto sabiendo que no se reduce de ningún modo a simples misas y oraciones. Es el proceso de alquimia interior que conduce al Santo Grial. La meta de esta Cruzada es la Jerusalén celeste y no la terrestre como bien apuntaba Fr+ Patrick Emile Bracco.
La Caballería ha sido, es y será siempre un Camino de Realización Espiritual con todo lo que ello implica en lo interno y externo. Sea nuestro esfuerzo para llevarla a cabo plenamente en Sabiduría, Fuerza y Armonía, en Honra y Amor. Y sea la gloria para Dios y no para nosotros.

DERECHOS SOBERANOS


Enseña el Derecho Nobiliario, que un soberano efectivamente reinante ostenta cuatro poderes esenciales, que constituyen “la soberanía”: el “ius imperii” (o derecho de mando), el “ius gladii” (o derecho de guerra), el “ius maiestatis” (derecho de ser honrado como tal), y el “ius conferendi honorum” (o derecho de conferir honras). Cuando pierde el poder territorial, los dos primeros derechos quedan suspendidos cuanto a su ejercicio. O sea, permanecen en la persona que los poseía, “in pectore et in potentia”. En cuanto los últimos dos, el “ius maiestatis” y el “ius honorum”, permanecen efectivos y activos.

Obviamente, el “ius maiestatis”, o derecho de ser honrado como tal, depende de la persona, en continuar su linaje. En cuanto al “ius conferendi honorum”, este será ejercitado en la medida en que las circunstancias lo permitan y el ministerio de la Dinastía fue cumplido. Este ministerio, no es necesariamente político, debe de tener como objetivos la promoción de los derechos humanos, como incentivo para la práctica de las virtudes, la beneficencia, la cultura, la acción comunitaria, en beneficio de un todo social. Es esta, fundamentalmente, la acción ejercida por las Dinastía Teocráticas, no reinantes, a favor del Pueblo de Dios, como co-autoras de la Redención.

Es de salientar, porque títulos y honras conferidos deben de ser expresión de un derecho legítimo, que el “ius conferendi honorum”, inherente a los Jerarcas Dinásticos y/o Apostólicos, tienen un caracter de universalidad. O sea, en el cumplimiento de su ministerio, incentivar y promover virtudes y méritos, príncipes y patriarcas pueden honrar libremente a quien consideren digno de tal reconocimiento, independiente de nacionalidad o de naturaleza, de raza o de credo. Esta definición, que interesa a la defensa del “ius conferendi honorum” de Jefes Dinásticos y Patriarcas, es ampliamente comprobable. Basta con repasar visualmente por las relacines nobiliarias de estados, dinastías y comunidades religiosas.


Otros instrumentos de servicio de que disponen las Jerarquías Apostólicas, para cumplir bien su tareas, son las ordenes de caballeria, en sus diversos aspectos y manifestaciones. Son cuerpos organicamente constituídos, basicamente fraternales, con objetivos especificos de trabajo social, de cultura, de culto o de preservación de la conciencia ancestral, siempre obserbando la promoción y enriquecimiento espiritual del Pueblo de Dios.

CONCESIÓN DE TÍTULOS NOBILIARIOS


Una respuesta simple a una pregunta simple: ¿quien puede conferir títulos de nobleza?

Solamente aquellos que poseen, por origen o ministerio el complejo de Poderes, que constituyen la “Soberanía”. No aquella soberanía genérica, poseída por el pueblo que siempre escogió mandatarios de algún nivel. Mas la verdadera Soberanía específica, nacida de la Historia, aureloada de significación transcendente – por una larga cristalización de conceptos y tradiciones – y fundamento y característica de minsiterios basados en la Obra de Redención del Pueblo de Dios.

De quienes son los que dententan la “soberanía”, nos responden los especialistas y las Sentencias, especialmente de las Cortes Supremas de algunas naciones, exponentes de la Cultura y maestras en el respeto del derecho de las entidades.

Son, en el dominio de lo que podería llamarse de “soberanía espiritual”, en los Jefes de las Iglesias Históricas y de Comunidades asimiladas, O sea, Su Santidad el Papa, Sus Santidades los Patriarcas Ortodoxos, en las diferentes comunidades singulares, y los Primados de algunas otras Iglesias Históricas. Y, mas allá de esto, y fundamentalmente, por ser los pilares detentores de la “soberanía” los Jefes de las Familias Dinásticas, reinantes o “ex-reinantes”.

No se busca insertar aquí ninguna connotación de orden político y partidaria. Así como un golpe de estado no puede “deshacer” la Historia, cualquier ley o pronuncamiento, sea oriundo de quien fuera, no puede destruir el contexto de una familia, aquello que ella realizó y en ella se fundamentó, la Luz de condición, servicios y merecimientos.

Lo máximo que una dictadura puede hacer, o lo que la fuerza bruta puede operar, lo que la Ignorancia y el Fanatismo pueden imponer e impedir, por momentos de la Historia, es la manifestación y exteriorización de simbolos e ideas. Mas, ultrapasadas las fases agudas de convulsión, o deteriorado el poder de los dictadores, el equilibrio se restablece, y la serenidad re-asume su lugar, y los ideales generosos, y sus ideas, a la par que los símbolos sagrados vuelven a iluminar los caminos de los Pueblos, porque, inscritos en la orden natural de las cosas, expresan valores perennes y tienden hacia el infinito.

LOS TÍTULOS NOBILIARIOS


Los símbolos exteriores de Nobleza, los títulos y distinciones no son, en si mismos, “la Nobleza”. Son testimonios de ella.
Son marcas de Honra, que señalan una trayectoria y dan testimonio de una obra cumplida. Son balizas de un camino que fue seguido con fidelidad, y que denotan fé. Por ellos mismos, no transforman a nadie, no hacen a nadie mejor que nadie. Pero procalama que una trayectoria fue observada y que un trabajo fue cumplido, que una conciencia de valores estuvo presente en una vida, y en una raza, que una misión se realizó.

Los Vanidosos, no aprecian los títulos porque no aceptan ser juzgados. Y los títulos llevan en si una noción de concepto, una idea de evolución del todo social, o de quien lo representa, sobre el individuo. Son expresiones de un concepto, solamente apreciadas por quien tiene conciencia de ser un servidor.

SIMBOLOS EXTERIORES


Los símbolos exteriores de Nobleza, los títulos y distinciones no son, en si mismos, “la Nobleza”. Son testimonios de ella. Son marcas de Honra, que señalan una trayectoria y dan testimonio de una obra cumplida. Son balizas de un camino que fue seguido con fidelidad, y que denotan fé. Por ellos mismos, no transforman a nadie, no hacen a nadir mejor que nadie. Pero procalama que una trayectoria fue observada y que un trabajo fue cumplido, que una conciencia de valores estuvo presente en una vida, y en una raza, que una misión se realizó.

Los Vanidosos, no aprecian los títulos porque no aceptan ser juzgados. Y los títulos llevan en si una noción de concepto, una idea de evalución del todo social, o de quien lo representa, sobre el individuo. Son expresiones de un concepto, solamente apreciadas por quien tiene conciencia de ser un servidor.

DEPOSITARIOS DE LA AUTORIDAD


Para la Teocracia Ecuménica, la autoridad tiene depositarios ciertos.Y los representantes y depositarios de esa autoridad surgen en esta Genealogía, en momentos diversos, a cumplir su misión y ejercer su ministerio. Recompensan el mérito con marcas distintivas, promueven los valores humanos, enaltecen la virtud, distinguen la generosidad. Es la propia familia –objeto honroso de este breve estudio, por su origen, meritos y virtudes insignes, a la par de la conciencia de origen y de misión – integra, de derecho, ese ministerio que trabaja por la efectivación del Imperio de Dios, encuanto este es la base del Crecer de la Humanidad.

LA NOBLEZA TEOCRÁTICA

“Ser noble” no significa “Ser mejor”. En términos de espiritualidad y de realidad social, significa tener conciencia de un legado recibido graciosamente en el evolucionar de las Generaciones. Significa procurar ser digno de ese legado y, fundamentalmente, significa tener conciencia de una obra a realizar y de una misión a cumplir. Nobleza no significa ostentación o vanidad. Significa noción y vivencia de un ministerio social – en donde mérito, virtud y ejemplo son como fuerzas que ilumnan caminos y construyen vidas-. Asi como familiares que se pierden en el camino, no anulan la esencia y la misión de Nobleza. Como grupo, la nobleza tiene dos amplias puertas; aquella de entrada, que se atraviesa con el trabajo, por el mérito, por la virtud, por la conciencia de valores espirituales y sociales; y la de salida, que se abre por el desmérito, por la no consecución de acciones o de actitudes, por la perdida de valores con los cuales deben de distinguirse los Hijos de Dios.
La Nobleza es un “estado”, que se sublima en la alma de cada uno. Es un complejo de valores y de virtudes, de acción y de trabajo. Decir en verdad, que la Nobleza tiene varias caras, y que cada uno la vive y ejercita conforme a su propia vocación. Es, en síntesis, una manifestación de la conciencia de ser Hijo de Dios y su Servidor. Porque nadie puede decirse “Hijo de Dios” sin vincluarse intimamente a una de las múltiples manifestaciones del Ministerio Redentor.

GENEALOGÍA


“Una obra de genealogía es siempre un monumento a la memoria ancestral”. Y en algunos casos, es también un testimonio de fe y de amor, a quién transitó por este mundo antes que nosotros. Es una reverencia a valores ejemplificados, a sacrificios vividos con dignidad, y sueños alentandos con ideal y con esperanza.
Es así como entendemos la Genealogía. Ella nos posibilita caminar por el tiempo, siguiendo trayectorias y observando luchas. Ella nos da una macrovisión de la evolución de la Humanidad. Reafirma actos, descortina horizontes que un día fueron acción efectiva, de antepasados nuestros que fueron actores en el teatro real de la vida.

La Genealogía es realidad pura. Es el hombre en el tiempo para construir el mundo, a sembrar el futuro, a trazar caminos. Es , mismo que paremos en el límite de nuestro pequeño mundo, aún aquí son milenios de luchas, de sueños, de dolores y de glorias. La Genealogía coloca dentro de nosotros, en una dádiva de realidades vividas toda la gran trayectoria del ser humano. ¡ Nuestra Trayectoria !

Nosotros somos la herencia de otros. En una cadena de infinitos, somos uno más. Nacemos con una realidad y continuamos esa realidad. Cogemos una herencia en el tiempo. La cogemos a niveles diversos. Y la transmitimos también a diferentes niveles. La Genealogía revela una profunda relación de corresponsabilidad. Evidencia, en el tiempo y en el espacio, presencias que coordinan, que impulsan, que iluminan. A par de otras, que cumplen ministerios menores, mas no menos importantes. Es la gran labor del Pueblo de Dios en camino de la Redención y de la felicidad perfecta.

¿Por que estoy a decir todo esto?. Porque deseo que todos comprendan el sentido y el objetivo de esta obra de Genealogía. Ella revela, en los siglos de Historia que repasa, aún que enfocando de leve el caminar de cada uno, la trayectoria de ancestros que fueron coadjutores eficientes en la construcción de un mundo y de una Civilización. Sus aciertos, y sus errores, para ser válidos y permanecer útiles, deben constituir marcos a delimitar caminos y luces para distinguir metas.

(..) ¿Que se encontrará aqui?. El desenvolvimiento y el andar de una familia que permanece generosa en su fidelidad al ideal, rogando por la fe que el Redentor nos dió a todos. Ese ideal, que es la vida presente y ministerio operante, vuelto para la Eternidad, exige la inserción de quien es fiel a aquellas instituciones que cumplen ministerios en la obra redentora. Eso explicaría y justificaría, si fuera necesario, la trabajosa presencia de representantes de la Familia en Instituciones de Reverencia a la memoria Ancestral y de fraterna solicitud humana. Mas, con la Gracia de Dios, en los días de hoy, no se hace necesario explicar actitudes y opciones. Actitudes y acciones, tomadas libremente por los Seres Humanos, que se fundamentan en la realidad mayor de los Hijos de Dios, en la libertad y en la misión que les es inherente, connatural y asumida en consecuencia de compromiso consciente que les impone la filiación divina.

Esta es, pues, una genealogía y una historia que se inserta en un contexto ideológico. No es algo suelto y perdido en el “Mundo”, mas es una trayectoria de quien realiza un trabajo y cumple un ministerio. La Teocracia Ecuménica, nacida de la Historia, comunión de hombres y mujeres de ideal, obreros de Dios, y representantes de su voluntad, en la medida que esta es manifestada a nuestra Humanidad, realiza acción permanente de construcción en cada uno y en un todo social, del templo individual y del gran templo común. Es la obra solidaria del Imperio de Dios.

PROLOGO


PREÁMBULO
La Teocracia Ecuménica y Apostólica
Es a todos los derechos un Servicio a la Reconciliación
De la Humanidad con Su Creador,
Y por el Renacimiento y la Salvaguarda
De las tradiciones de nuestra Ilustre Civilización
Y de sus Valores Espirituales
En un sentido de culto inmemorial, de reverencia
Y de Educación.
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Las Dinastías Teocráticas y todas sus Instituciones,
Son custodios de una misión Espiritual,
Moral y Cívica,
Trabajando por la Evolución del Hombre
Y la constitución del Reino de Dios,
De Libertad y de Sabiduría.
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La preparación de la Humanidad para la Salud,
La Redención, y la libertad perfecta,
La Búsqueda de la Paz
Y de la Justicia,
Son los ideales Sagrados de la Teocracia.
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La realización del Amor de Dios
Y del Amor que proclama
Siendo la voluntad del Cristo Eterno,
Es la devota misión que une a los Príncipes Teocráticos.
La salvaguarda y Celo de los Orígenes,
La Teocracia es una Comunidad visible,
Jerárquica, justa y libre,
Erigida como salvaguarda de los valores de la Tradición,
Y de la espiritualidad.
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Las Dinastías Teocráticas y sus Instituciones,
Ecuestres, Nobiliarias, Misionales,
De Cultura y de Beneficencia,
Promueven valores
Y son instrumentos de nuestro Servicio,
Y el deber Santo,
De esta misión sagrada,
Por la Gloria de Dios, y el Bien del Hombre
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Las Dinastías Teocráticas y sus Signos
De Luminosidad y de Fidelidad,
Son custodios y servidores de las tradiciones
De memorias Ilustres.
La preservación y la difusión de las Herencias
Singulares
De la Espiritualidad, de la Cultura y del Civismo,
Donde las familias con la responsabilidad del Honor,
Símbolo Insigne, de la Custodia
Proclaman la tradición de su Sangre.
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Por tanto, la Teocracia Ecuménica, esta por encima
De facciones políticas,
Y de la política en general,
Esta por encima de la invención, y la subsistencia de los Estados
Y de los Gobiernos.
Ella persigue fines mas Altos, mas Nobles
Y más definitivos.
La Teocracia se erige en la Historia,
Con la experiencia de los Siglos
Guiada por Dios,
Para Glorificar, y proclamar su Reino Eterno.

Extracto de la Proclamación del 6 de enero 1.906 A.D.
Dirigida al Consistorio Sagrado de los Príncipes Ortodoxos, Teocráticos y Legitimístas, por S.M.I.R.A. Dom. Pius Flavius Florentius Amandus Leontius III Constantinus Augustus, Q.E.P.D.
Princeps de Sauto Emmanuelis Flavius Cantacuzennus Palaeologus
(1.902-1.909)
Protector y Gran Moderador del Consistorio.